cuestión de equilibrio y escala
Son muchos los ámbitos que quedan afectados definitivamente por la arquitectura, ámbitos que afectan desde la esfera personal del individuo, hasta la esfera social del entorno en el que se lleva a cabo. Por todo ello considero que pensar que la arquitectura es una cuestión de gustos resulta cuando menos una opción arriesgada.
La constante evaluación del amplísimo abanico de condicionantes y variables que impulsan o condenan la arquitectura, me obliga como arquitecto a convertir el proyecto en un proceso que sirva para depurar necesidades, gustos, sueños, posibilidades, normativas, etc, con el objetivo de encontrar ese equilibrio imprescindible que garantice el éxito de cada proyecto.